nva orleáns

Frazadas Sucias

Posted in Uncategorized by miltonmahan on noviembre 7, 2015

Quisiera vivir en un pueblo en que la tranquilidad fuese tal que despertar no exigiera más agitación que el dormir. Que llegase la tarde y todos durmieran la siesta no por cansancio, si no por que no hay nada mejor que hacer que reunirse en torno al sueño.  Y que luego al despertar fuese chisme entre la comunidad lo que entre todos soñamos. Vivir para soñar.

Una ciudad que respeta el reposo parece casi una fantasía en una metrópolis. He oído gente competir por quién duerme la menor cantidad de horas; ridículos. Y que llegara la noche, y sin cansancio alguno deslizarnos hacia las sábanas, hacia esa frazada sucia que tan bien sabe cobijarnos, y que no haya que concebir el sueño porque es el sueño el que nos concibe a nosotros. Que una vez los ojos cerrados no hay más imágenes salvo ese mundo interior desconocido que abordar. Y tener todo el tiempo del mundo de los sueños, que es más infinito que el tiempo de la vida, para tratar de descifrar eso que es más preciado que cualquier cosa que poseamos de este lado. Porque hasta nuestra peor pesadilla resulta más confiable.

Lo peor de que algún día nos alcance la muerte es que dejaremos de dormir, porque la muerte nada tiene que ver con concebir ese descanso absoluto que viene con nuestros sueños. Para dormir y soñar necesitamos que nuestro espíritu resida en un cuerpo vigoroso que lo contenga, he ahí toda la experiencia del sueño. Un cuerpo vivo que permanece en el mundo recibiendo miles de estímulos que guien nuestra conciencia hacia confines deliciosos de la mente. Dormir es posiblemente la última libertad que nos robará este sistema, y por más que este planeta vaya concibiendo cada vez menos horas o incluso minutos de sueño, ese segundo que nos quede para desapegarnos será nuestro mayor tesoro. Y trataran como sea de invadirlo así que hay que debemos estar atentos. Dormir está en extinción, y si nuestro sueño desaparece, que no es lo mismo que la ensoñación, como raza habremos llegado a nuestro fin.   

Quisiera dormir siempre un ratito más, quisiera que vivir fuese como el dormir. Quisiera andar siempre con un kit listo para descansar donde el sueño me embargue, que se habilitaran lugares públicos para dormir en los parques, sitios con cobijas y almohadas suaves y blanditas; la gente debería reunirse a reposar. Tal vez por eso nunca bebo café, no quiero que nada me espante el sueño, y es que probablemente no tengo nada de este lado que me importe más que todo lo que me pertenece del otro lado.

Posted in Uncategorized by miltonmahan on May 17, 2015

Veo la guitarra tirada

Entre poleras y shorts

Me intimida esa confianza

Que jamás le he dado yo

Vampirimo musical

Posted in Uncategorized by miltonmahan on diciembre 22, 2014

Vamp-2

Hacer una canción es tomar la decisión de negar la existencia del silencio. La canción existe aunque no se oiga. No es menos canción una canción que jamás fue reproducida. Siempre he creído que la necesidad de canciones en la vida humana es inmoral y me asquea esa idea. Nuestras necesidades de aseo personal y oír una canción que nos gusta repetidamente son básicamente lo mismo. Jamás el oyente comprenderá la epifanía que vive el músico al re interpretar una canción compuesta en la soledad de su habitación, ahí radica la base de su admiración o repulsión. Y es pues en la medida que esta distancia logra un equilibrio que se crea un lazo de fanatismo en quien oye. Puesto que si esta distancia se alarga el oyente, salvo que decida instruirse, no comprenderá estos nuevos signos y los tomará como un error del compositor, es importante tener en cuenta que jamás quien oye reconocerá su falta instrucción musical, la responsabilidad siempre recaerá en las manos del músico. En el caso contrario de que esta distancia disminuya tanto que el músico le llegue a sonar predecible el oyente se aburrirá con rapidez y acabará rompiéndose la relación entre ambos. El músico por ende debe trabajar en la predictibilidad sorpresiva y este nivel, que de ahora en más llamaremos como factor de PS, debe dosificarlo ya que demasiado de uno es la traición del otro. Suena más sencillo en la teoría que realizarlo en la práctica, traiciones como esas ocurren todos los días como matrimonios que practican la poligamia en el más estricto silencio conyugal. Hacer una canción por ende es para un músico deshacer sus composiciones anteriores, cada acorde nuevo mata de inmediato al anterior, aún así nuestros gustos humanos tienden a la necrofilia, tal vez porque sabemos que es a la única condena que no podremos escapar, es por eso que preferimos la música que ha muerto a la que vive. Registrar una canción no es hacer que esta tenga vida, tampoco lo es re interpretarla, ambos son un ente deforme que sólo aparenta tener una vida propia; vampirismo musical. La paradoja que se nos produce en este caso es ¿Qué sería en este caso la improvisación musical? ¿Es asistir verdaderamente a un parto musical? y, ¿Podemos sacar un porcentaje de factor de PS de algo verdaderamente improvisado? Creo que en el fondo efectivamente sí es una música que por unos segundos podemos sentirla con vida, no es inamovible, se está modificando constantemente, negándose y aprobándose en vivo y en directo; en la forma no lo es tanto, puesto que quien ejecuta un instrumento finalmente sabe cuáles son sus posibilidades de acción, sus movimientos jamás serán infinitos; o toca su instrumento, o lo pervierte: lo viola, o lo destruye, no hay más que eso. El resto es sólo el silencio de su cuerpo inerte, de su madera, de sus metales, la tensión de sus cuerdas, el espacio infinito de sus agujeros, la tranquilidad de sus circuitos electrónicos.

  Club Aéreo

Posted in Uncategorized by miltonmahan on May 17, 2012

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Club Aéreo reúne la escritura de cinco autores inéditos del Valle de Aconcagua. Es un compendio que tributa a la amistad, al humor, a la juventud, al amor y a ciertos paisajes de la V región cordillera. Club Aéreo constituye también un velado homenaje a cierto lugar simbólico de un pasado compartido. Cinco autores que salen de las brumas de la intimidad y que juntos se aventuran hacia nuevos territorios.

texto por león álamos

El libro será lanzado mañana viernes en Espacio Cellar a las 23:00 hrs (Padre Miguel de Olivares 1643 Metro Los Héroes) y tendrá un valor de $3500, además este se puede encargar directamente escribiendo a medalomis@msn.com

Además el libro está a la venta en la librería castillo del libro ubicada en San Iisidro 39, santiago

Fono:9865457 

 

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Mediterráneo

Posted in Uncategorized by miltonmahan on May 10, 2012

«Si fuésemos inmortales, seríamos inmorales…»

Pier Paolo Pasolini, Los signos vivientes y los poetas muertos

Posted in Uncategorized by miltonmahan on marzo 4, 2012

«las acciones de los poderosos, se dijo, no son más que acciones puras- no es necesario justificarlas, simplemente son lo que son-.

 

José Donoso, La misteriosa desaparición de la marquesita de Loria

La mujer que habla

Posted in Uncategorized by miltonmahan on enero 29, 2012

Ella hablaba y hablaba, como si quisiera llegar rápido a contar una parte importante de su vida que debiésemos saber, pero que no podía contarla a buenas y primeras, antes divagaría todo lo que su imaginario lingüístico se pudiese estirar. Nos instruyó en conocer bien cada entonación de sus diferentes muletillas y cómo sutiles entusiasmos esporádicos en determinadas sílabas, sugerían distintas evocaciones en iguales vocablos.

El chofer la soportaba por ser hembra, a mi me enfermaba por todo lo mencionado hasta ahora. Aún así prestaba la mayor atención que podía y callaba, algo que tan forzosamente bien se hacer.

Durante los primeros segundos de mi llegada a la camioneta, mi presencia o les incomodaba o me daban espacio para que comenzara a interactuar el resto del camino con ellos, como sólo agradecí el gesto del conductor por salvarme de esa inhóspita carretera y más solo luego callé, ella se apresuró en llegar rápido a lo suyo mientras él le asentía a todo con humildes expresiones que a ratos no comprendía, pero que de todas formas por lo pintorescas me hacían gracia.

La mujer que hablaba, rápidamente reveló su edad, la cual me sorprendió y no quiero decir que no gratamente, ya que la juventud no tiene porque ser necesariamente un signo de virtud, aún así la sorpresa fue fuerte al enterarme que llevaba exigiéndole apenas veinte añitos a ese cuerpo al que yo le habría dado hartos más de haberme consultado la muchacha.

Le contaba entonces al chofer que trabajaba de enfermera en las localidades de V y de L. Que le gustaba más cuando la enviaban a V porque era más tranquilo y tenía menos trabajo, perezosa la niña, ya lo intuía yo. En cambio en L, decía ella, la gente era más loca. Que iban a ver al doctor por cualquier cosa, que un día le tocó atender a más de setenta personas ella sola y que apenas diez casos valían realmente la pena, que iban hasta cuando les dolía el pelo, que en cambio los de V van cuando realmente lo necesitan y no andan molestándola. De dolerme el pelo un día, pensé, también visitaría una urgencia, Dios si son tantos, y tan difíciles de hallar y enumerar ¡Cómo hacer para sanarlos a todos!

Que en año nuevo los de L enloquecieron tanto que tuvieron  que ir a recoger a uno, que se lo tragaba la playa. Como a ella ya no le gustaba el leseo (pero afirmaba, sin que nadie le consultase, que sí que era de su gusto en su época de estudiante) prefirió trabajar antes de andar lesiando con la gente loca de L. Que como L es tan pequeño se quedó sola en la enfermería y tenía sólo para abrazar al carabinero de la comisaría de al lado, a quien también lo habían dejado abandonado en esa fecha.

Ya se acababa la cuesta que me tenía medio mareado y comenzaba a ver letreros que anunciaban la pronta llegada al pueblito donde me alojaba. Ella también bajaba ahí, pero no tenía la menor intención de concluir prontamente su historia, determinación que valoré en ella. Sentí de pronto un aire cálido en la camioneta, la atracción muda que existía entre ambos era evidente. Del tema del año nuevo pasaron, con una velocidad admirable que yo jamás tendría con un recién conocido, al tema de los bailes. Que este año habían habido pocos en comparación a años anteriores, y él afirmaba que a lo menos en el verano tiene uno que tener uno de esos buenos, pero él no sabía guiar la conversación tan bien como ella. La mujer, antes de que siguiese con lo de los bailes, ya se estaba quejando del tamaño de su pieza, que era más grande en L pero que aún así prefería de la de V, pero que V era tan pequeño, que ojalá fuese más grande, etc, etc. Yo también era atrapado por la sencilla retórica de la muchacha y prefería sus intervenciones a las del hombre.

Y seguían así hablando y hablando, cambiando de tema aleatoriamente sin prestarse mayor atención. Todo era vago y sutil dentro de la camioneta, quizás se comunicaban en un nivel que desde el asiento trasero donde me encontraba no era capaz de captar. En un nivel en que el mensaje, el receptor, el emisor, el código y todos los demás procesos comunicativos parecían pasar inadvertidos. La joven y el hombre llevaban consigo una pequeña dicha ahí delante, dicha que les envidié por un momento y me hizo maldecirlos muy para mis adentros. Al mismo tiempo que maldecía les decía, como si ya fuesen uno, si me podían dejar en la esquina, que ahí quedaba bien. No estaba huyendo, de haberme invitado me habría ido con ellos feliz al baile donde se que no iban a terminar, honestamente le agradecí el gesto y le desee los mejores bienes y se me perdieron entre las casuchas aún semidestruidas del pueblo.

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Dënver – Los Bikers (Segundas destrezas)

Posted in Uncategorized by miltonmahan on diciembre 6, 2011
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Posted in Uncategorized by miltonmahan on noviembre 2, 2011

Posted in Uncategorized by miltonmahan on septiembre 6, 2011

«La armonía clásica entre la juventud y el éxito tan sólo subsistía en el mundo de los Juegos Olímpicos, pero se basaba en un sutil principio de ascetismo cuyos componentes eran la abstinencia y la austeridad».

El color prohibido, Yukio Mishima